-Pero Gerardo -le dije-, todavía no entiendo cual es el problema... Te fuiste de carrete, te tomaste unos tragos hasta que se te apagó la tele y en la mañana te diste cuenta que te habías acostado con una mina. La mina se enojó porque no te acordabas de ella y te echó de su casa, y después la mina se fue... Simple.
-Es que no es tan simple, déjame contarte todo... -su boca tiritaba un poco al hablar... en ese momento no entendía el por qué, pero todo se hizo más fácil de comprender- Salí del edificio y rápidamente abordé un taxi. El vehículo no alcanzó a moverse ni un metro cuando un hombre abre la puerta de mi derecha y tomándome de un brazo me grita "Bájate". Obviamente no comprendía qué cresta pasaba en intenté soltarme, pero en la otra mano tenía un revólver apuntándome, por lo que le hice caso y rapidito bajé del auto...
"Este jetón del Gerardo me está cuenteando... creerá que soy weón que le voy a creer lo que me dice" pensaba en mi interior, pero igual seguí escuchándolo:
-Mientras se alejaba mi taxi a ran velocidad estaba bloqueado... no sabía qué era lo que pasaba. El hombre entonces me llevó hasta una camioneta blanca que estaba en la esquina, golpeó la puerta y dijo: "Le traje su encarguito...". Se abrió la puerta y me empujó hacia adentro.
La camioneta tenía los vidrios pintados por lo que su interior carecía de luz lo que me hizo estar como ciego un buen rato, cuando mientras la visión mejoraba, escuché una voz muy familiar que me dijo:
(continuará)
Cada vez que respiro, cada vez que me odio mas...
