Mensaje en una canción...




julio 09, 2007

Querido Papá...

Evitando estudiar por internet encontré este cuento... ojalá lo disfruten como yo. Se llama Querido Papá:


Raúl Briones salió de la cárcel el 16 de Noviembre. Hacía veinte años que estaba preso por el asesinato de la esposa de su hijo. El caso había conmocionado al país todo. Los diarios publicaban día tras día los avances del juicio, y en las radios hablaban constantemente famosos juristas y criminólogos que daban su opinión sobre el tema.
A pesar que tanto los jueces como el público lo condenaron, Raúl nunca reconoció haber matado a su nuera. Nunca nadie encontró razón alguna para el asesinato, pero igualmente fue a dar con sus huesos a la cárcel.
Norberto, su hijo, fue acosado por los periodistas durante todo el juicio, pero nunca les dio ningún tipo de declaración. Tres días después del fallo se ahorcó.

Raúl llegó a su casa en Villa Ballester, su antigua casa, la que había sido su hogar hasta hacía veinte años atrás. Su esposa se había ido a vivir a Europa luego de la condena de su marido. No podía soportar la vergüenza de que esté preso. El ex-presidiario no sabía si ella todavía vivía, pero no le importaba. Si bien la había amado con todo su corazón, la cárcel lo había cambiado. Veinte años de maltratos y violaciones lo habían convertido en otro hombre.

Luego de comer y dormir un par de horas, se vistió y salió al jardín. Llegó hasta el viejo olmo y metió su mano en un hueco que él y su hijo habían hecho hacia mucho tiempo. Ese era su lugar secreto, un secreto compartido por los dos, en el cual escondían las cosas que él le regalaba a Norberto y no querían que la madre descubriera.

La mano tocó algo duro. Lo sacó. Era una caja de metal herméticamente cerrada. En su mente resonaban las palabras que su hijo le había dicho el día del fallo: “Cuando salgas, busca en nuestro olmo.”
Entró nuevamente a la casa, se sentó en una silla y abrió la caja. En su interior encontró una pistola. La miró sorprendido. ¿Para qué le había dejado una pistola su hijo? La sacó y cuando se disponía a cerrar la caja, vio en el fondo de ella un papel cuidadosamente plegado.
Lo sacó, lo abrió y notó que era una carta escrita por su hijo veinte años atrás. “¿Qué dirá la carta?”, pensó, “Seguramente mi hijo me dice que sabía que yo no maté a su esposa y que por eso se suicidó”.
Emocionado, se puso los lentes y leyó:

“Querido Papá:

Si estas leyendo esta carta, quiere decir que finalmente saliste de la cárcel. Espero que la hayas pasado muy mal adentro. Probablemente te preguntes por qué te digo esto. Es muy sencillo: yo sabía que te acostabas con Nora. Por eso la maté y por eso puse el arma en esta casa, tu casa. Realmente fue muy fácil incriminar a un tipo como vos.
Te dejo un arma para que, si todavía sos un hombre como corresponde, te matés y termines con la vida miserable que llevaste.
Con cariño,

NORBERTO

PD: Te voy a estar esperando en el Infierno, nos vemos.”

Raúl dejó la carta sobre la mesa, sus ojos llenos de lágrimas. Cinco minutos después, un disparo rompió con la paz de Villa Ballester, y Raúl se encontró con su hijo.
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Igual el cuento es fuerte, ¿no? Comenten




Cada vez que respiro, cada vez que me odio más...

1 comentario:

Pablo Ponce dijo...

muy buen cuento e interesante flog... en cierto modo se parece al que tuve antes y que ahora refloto con nuevos aires...

Saludos...