Érase una vez la historia de un pobre weon al que nada le resultaba bien: todo lo que se proponía le salía mal. Y este pobre weon quiso un día cambiar su destino, por lo que hizo muchas solicitudes a la universidad donde estudiaba, entre ellas desinscribir algunos ramos y aumentar su cantidad de crédito, pero nada funcionaba.
Entonces este triste animal quiso borrarse, desaparecer... y así hoy lo hizo. Hasta el día de hoy no sé que es de mí
PD: este mensaje lo tenía guardado sin subir.....
Cada vez que respiro, cada vez que me odio mas...
1 comentario:
es genial la empatía que siento con posts como éste. y al sentirla, nace el interés de comunicarme contigo. me he dado cuenta que compartir los achaques, el desahogarse, alivia mucho. para empezar, el sentirse comprendido y acompañado es un tremendo alivio.
saludos
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